Despedirnos es perdernos.
Guardar nuestras sonrisas en un baúl,
con los besos y los silencios.
Nos pedimos perdón por no estar,
por estarlo y querer estarlo.
La noche fue testigo de nuestro
encuentro,
ahora lo es de nuestra partida
olvidándonos en la banca del parque
como un mal libro.
Enterrarnos profundo
sabiendo que cuando el deseo de
sacarnos llegue
nos cueste.
Nos duela el cuerpo
como el día que atravesarnos el país
para vernos.
Soñamos sostener el mundo en la palma
de nuestras manos
sin poder acariciar la del otro
abandonado nuestro suéter preferido
en el bar de siempre.
La luna se refleja en nosotros.
La tristeza de desaparecer invade mi
cuerpo
y el maldito miedo que tienes de
tenerme se nota en tus labios.
Teniendo razones interminables por
buscarnos
hoy decidimos dejar de hacerlo.
hoy decidimos dejar de hacerlo.
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