lunes, 28 de septiembre de 2015

Carta abierta hacia ti.

Sabía que te ibas porque se sentía. Se sentía cuando tocabas mis manos, cuando me acariciabas la cara.Ya lo hacías con nostalgia, como si quisieras que esas caricias fueran eternas, tan eternas que me acariciabas lentamente para que ese sentimiento se guardara en tus dedos, y así cuando me extrañaras solo tuvieras que tocarlos.  

La noche anterior a tu partida me sentía dividida quería seguirte y decirte que nuestro amor lo podía todo. Te apreté cerca. Te metí a mi corazón tan profundamente que sentía tus uñas enterradas en mis piernas. Esa noche me dedique a tomar una foto mental de cada gesto, cada olor, cada cosita pequeña
a la cual pudiera recurrir cuando te extrañara como tú con los dedos.

Después de casi cuatro meses me atrevo a escribirte. Fue tan complicado porque tú te convertiste en mi plan y solo lo comprendí la noche anterior a la que partiste ¿Que se supone que uno debe hacer cuando el plan desaparece? Serás mi plan siempre amor. Ahora solo tengo que modificarlo un poquito para llegar a ti. Quiero que sepas que no me daré por vencida.

Nunca te haría eso amor, nunca.



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