lunes, 21 de julio de 2014

Siempre.

Te sentaste en la silla que tanto te gustaba, 
te mecías mirando directamente hacia mis ojos. 

Comenzaste a contarme la historia de siempre. 

Las aventuras en latino América y tu chica mexicana. 
No dejabas ni un detalle atrás. 
Siempre,
recordabas perfectamente el olor de su pelo, 
el sabor de su piel. 

La recordabas siempre con ojos de juventud 
y durante esos momentos te sentías como la primera vez que la viste.
Joven. 

Me platicabas como,
tu chica no creía mucho en ella 
ni en sus poderes de conquista. 
Te seguía sorprendiendo como lo pensaba, 
para ti ella era la mejor conquistando miradas e invadiendo corazones. 

Se te perdía la mirada.

Recordabas la noche, 
esa noche en donde ella
evitaba mírate a los ojos, 
esa noche en donde ella
quitaba la mano cada vez que la tomabas. 

Nunca comprendiste porque dejo de mírate, 
porque paso correr hacia tus brazos,
no importara lo lejos que estuvieran,
a evitar tus caricias. 

Esa noche perdiste un pedazo de ti,
ese pedazo que nunca pudiste reconquistar.

Luego volvías a recordar esa otra noche
en donde no podrías reconocer las lágrimas 
de las gotas de lluvia que se derramaban por su cara. 

En dónde te explico que quería sacarte de su corazón, 
que quería que dejarás su mente, pero que no podía, 
por más que lo intentará te habías metido en ella como una droga,
se había vuelto adicta a ti. 

Tus ojos se prendían cuando  recordabas, que
mientras te pedía perdón por irse
de sus ojos salían lágrimas azules. 

Tomaste airé, esa parte siempre te dejaba sin aliento.

Me volviste a mirar y sonreíste. 

Siempre habías sabido que iba a regresar,
esa noche fue la más feliz de tu vida.

Dijiste, 
esa noche te veías más bonita que nunca. 



jueves, 3 de julio de 2014

Alum

Horas después todavía me sabes.
Incluso cuando mi boca esta inundada de café, todavía me sabes.
Me sabes.

Mi cuerpo todavía te siente, 
siento tus caderas afiladas sobre mis piernas.
Siento como tus labios intentan grabar cada milímetro de mi cuerpo en tu memoria.

Me sabes y te siento, pero estas lejos.
Somos dos jóvenes viajeros,
un viajero en busca de nuevas tierras dentro de otro.

Horas después te alejas de mi.
La despedida fue forzada, 
ninguno quiere tomar esos pasos lejos del otro. 

Me miraste tan profundo que te regale un pedazo de mi corazón.
Me tocaste tan suave que ahora mi cuerpo sabe al tuyo.
Tu beso tan sincero, tan sincero que no debería haber habido uno último.

La mirada honesta, las manos cálidas,los besos....

Ahora, después de la despedida, todavía recuerdo tu mirada.
Ahora, mi mente recordara todo, mi cuerpo extrañara todo, 

Mientras tu estas sentado en una tren hacia nuevas aventuras, 
yo, estoy sentada recordado cada centímetro de tu cuerpo.