Hay un vacío en mi estómago que muere de hambre, de nuevas experiencias, de nuevas nubes. Tengo un nudo en mi garganta que pide a gritos saber que palabras usar en cada despedida.
Y aunque me despido hoy de un lugar lleno de recuerdos y personas, espero mañana encontrarme con mi hogar. Ese hogar en mi corazón que he buscado tanto tiempo. Ese hogar en mi.
Pero tengo miedo. Miedo de perderme y de perderte en el intento. No quiero toparme con un laberinto sin salida, con una mirada hipnotizaste que cambie mi vida.
Estoy preocupada por fracasar, de condescender, de ceder, y de no crecer.
Tal vez sólo deba preocuparme de mi corazón, ya que mi cuerpo estará sano y salvo siempre. En cambio el corazón dirá adiós tantas veces que encontrar de nuevo los pedazos perdidos ser una hazaña interminable.
Pero recolectaré pedazos de otros corazones, pedazos de paisaje, pedazos de cultura. Pedazos de errores, pedazos de vida.
Quiero recorrer el mundo volando. Quiero volar sin alas. Quiero encontrar tierras perdidas. Quiero tomar de la mano a las estaciones para convertirme en su mejor amiga. Quiero comprender miradas. Quiero enamorar razones.
Hoy mis pies se convierten en alas y mi corazón en ancla. Le abro los brazos al futuro y dejo las puertas sin candado en el pasado.
Llegue a esa fiesta, en donde me dijiste que me querías.
Te vi tan guapo como lo estabas en ese día. Tan enamorado como lo estabas.
Ibas vestido exactamente como lo recordaba. Con tu nuevo traje,barato, pero mandado hacer. Me estabas esperando para entrar. Me esperabas fumándote un cigarrillo. En cuanto me viste sonreíste, se te iluminaron los ojos.
Tomaste mi mano, al entrar querías que todos supieran que yo estaba contigo, que ya habías ganado a la chica más hermosa del pueblo. No parabas de sonreír.
Me presentaste a todos como la luz de tus ojos, el motor de tu corazón. Cualquiera que escuchaba esas palabras me veía como sí hubiera,yo, ganado el mejor premio. Todos creían en nuestro amor, un amor que ni las más grandes tempestades rompería.
La fiesta paso como un pestañeo, pero cuando llego el momento, todo se detuvo. Estaba saliendo del baño, tenía que saltar un poco para regresar a la fiesta, ese saltito cambio mi vida.
Yo que apenas estaba aprendiendo a caminar en tacones, di el salto pero caí hacia el piso. Tu que me esperabas fuera del baño, me viste caer, te reías. Yo estaba muerta de pena.
Prendiste un cigarrillo, después de dos o tres fumadas, seguias riendo. Yo seguía en el piso. Te arrodillaste y dijiste que me querías, que no querías vivir sin mi. Todavía salía humo de tu boca.
El resto de la historia ya la sabes tu. Pero ese momento fue el mejor de nuestra relación y tu y yo siempre intentábamos repetirlo, pero nunca funciono.
Volví en el tiempo, me volví a enamorar. Volví a sentirme tonta, mensa, anonadadada por tu increíble sonrisa. Sentía que sólo por ese momento todo lo nuestro habría de haber funcionado, sólo por ese momento no comprendía por que todo había terminado. Después lo recordé todo, recordé que meses después dijiste que partías a un lugar lejos de mi, un lugar que había ganado el pedazo de corazón que me correspondía.
Mi corazón se volvió a romper en mil pedazos, mis manos deseaban por otra vez entrelazarse con las tuyas. Mi cuerpo pedía a gritos una carisia para recordar tu calor.
Cuando desperté mis labios sabían a los tuyos, pero tu ya no estabas.
Aquí
estoy yo tratando de no pensar en ti, pero entre mas pienso que no debo de
pensar en ti, pienso mas en ti. Cada una de tus facciones se presentan en mi
mente, destrozándome poco a poco. Deseo que estés aquí susurrándome cosas al
oído como lo hacías antes de partir. Te deseo a ti, deseo tus manos, que se
aferraban a mi cuerpo como espinas.
Recuerdo
tus ojos. En los que podías ver lo que no existía, lo que no tenía forma, en donde
predominaba tu tristeza. Una tristeza azul, casi negra que te cegaba de la
felicidad en la que te encontrabas. Recuerdo tus manos, aunque rara vez las vi.
Siempre escondidas en los bolsillos de tus pantalones, pero la sentí. Sentí el
calor que producían, sentí tu nerviosismo, tu deseo.
No
recuerdo el sonido de tu voz. Te juro que la he estado buscando pero ésta mente
está invadida de basura. Pensamientos que solo estorban, rencores y obsesiones,
enojos y arrepentimientos. Tanta que no se por donde empezar a buscar a esa voz
que me trasladaba a los lugares más recónditos del mundo, en donde solo
estábamos nosotros. Esa voz mágica que cambia mi humor en un instante. Esa voz
desapareció.
Pasan
horas y sigo aquí mirando al techo pensando en cada momento que pase junto a
ti. En cada sonrisa que intercambiamos y en cada sueño que compartimos. Pensado
que tal vez tu voz este escondida por ahí .Los repaso uno por uno. Detalle por
detalle, pero no la encuentro, intento que no se me escape nada, ninguna palabra,
ninguna caricia. Pero tu voz se ha desvanecido de mi mente.
¿Sin tu
voz que puedo hacer? Nada, no puedo recordar nada. Desvanecen todos esos
susurros al oído, todos esos te quieros en alto, todas esas insignificantes conversaciones. Excavo hasta el rincón mas profundo de mi mente, quito y quito pensamientos que
estorban pero no aparece por ninguna parte.
Intento
dejar de pensar en ti. Intento que todo lo que recuerdo de ti se vaya para
siempre de mi, para que deje de lastimarme, pero no puedo. Estas aferrado a mi
como una espina, pero te extraño. Te extraño, hoy mas que nunca. Extraño tus
brazos alrededor de mi las noches de lluvia, extraño el calor que sentía cada
ves que despertábamos juntos. Extraño esas sonrisas que me dedicabas cada vez
que nos despedíamos. Te extraño completo.